Introducción El término fue acuñado a principios de la década de 1920 por Benito Mussolini, pero el totalitarismo ha existido a lo largo de la historia en todo el mundo (p. ej., la dinastía Qin en China). Se diferencia de la dictadura y del autoritarismo por sustituir todas las instituciones políticas y todas las viejas tradiciones jurídicas y sociales por otras nuevas que satisfagan las necesidades del Estado, a las que habitualmente se presta especial atención. Se puede legitimar la violencia organizada a gran escala. La policía opera sin restricciones de leyes y reglamentos. Puesto que el único fundamento ideológico del gobierno es la consecución de los objetivos del Estado, el logro de dichos objetivos jamás puede ser reconocido. El libro Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt (1951) es un clásico sobre el tema.