En lugar de representar una acción, los actores del teatro no narran de forma expresiva, mediante recitaciones, movimientos y danzas, antiguas historias de la tradición japonesa. El no es uno de los cuatro tipos de espectáculos teatrales japoneses y el que más ha atraído la atención del público occidental. Aunque su origen se remonta a los dramas religiosos de los siglos XII y XIII, adquirió su forma moderna en el XIV, gracias al actor Kanami Kiyotsugu y sobre todo a su hijo Zeami Motokiyo, teorizador de las tendencias estéticas del budismo zen, que compuso tratados sobre el teatro no cuyas reglas se mantuvieron durante los siglos posteriores. Para Zeami, el no era una forma artística vinculada a la religiosidad, que, además de representar, debía sugestionar al público mediante un complicado simbolismo. El teatro no fue originalmente un espectáculo dirigido a la aristocracia guerrera, aunque también tuvo una vertiente popular. Tras la descomposición del sistema feudal,...