Patología La rabia es una enfermedad que afecta a casi todos los animales de sangre caliente y al hombre; por regla general, éste contrae el virus por mordedura de animales rabiosos (sobre todo de perros). Después de un período de incubación, que oscila alrededor de los cuarenta días, surgen los primeros síntomas (malestar general, neuralgias, cambios de carácter, etc.); a continuación se instaura un cuadro convulsivo-irritativo, en forma de crisis, cada vez más repetidas; finalmente, aparece la fase paralítica, que afecta especialmente a las extremidades y se caracteriza, además, por otros signos neurológicos; antes de una semana, el enfermo muere por parálisis respiratoria. Una vez han aparecido los primeros síntomas, el pronóstico es siempre fatal; de ahí la importancia de las medidas profilácticas, que deben ser: a) de orden general (control epidemiológico de los perros), y b) de orden específico (vacunación sistemática de los individuos mordidos; observación de los animales que han mordido, etc.). Louis Pasteur, el 6 de julio de 1885, probó su vacuna por primera vez con un joven alsaciano que había sido mordido por un perro rabioso.