Según las formas de hábitat, se distingue entre población dispersa y concentrada, así como entre población rural, urbana o semiurbana. El concepto tradicional de población urbana, identificada con la que vivía en núcleos de población de un cierto número de habitantes (en España, más de 10.000), ha quedado en gran parte desfasado, al menos en los países industrializados.En efecto, la mecanización de los trabajos agrícolas, la desaparición de las formas de vida tradicionales, los medios de transporte modernos y la red de comunicaciones, la proliferación de las segundas residencias, el auge del turismo rural y, en general, la urbanización del territorio y la generalización del modo de vida urbano han difuminado los límites tradicionales entre campo y ciudad.
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