Maldad
Las raíces filosóficas del mal Desde la antigüedad, los pensadores han intentado definir la maldad. Platón, por ejemplo, creía que el mal era ignorancia, una falta de conocimiento del bien, mientras que san Agustín lo atribuyó al libre albedrío: el mal como elección humana alejada de Dios. Más modernamente, Friedrich Nietzsche, en cambio, lo despojó de moralidad y lo reinterpretó como una expresión de poder y voluntad. El problema del mal (¿por qué existe el sufrimiento si Dios es bueno?) sigue siendo un rompecabezas teológico.
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