Como fenómeno místico psicosomático, consiste, en su esquema general, en una participación física de las llagas de Cristo. Una estigmatizada en la Edad Media, óleo de Gustave Moreau. Museo de Bellas Artes, Nantes. Teología Durante la Pasión, según narran los evangelistas, Jesucristo sufrió indecibles tormentos: bofetadas, azotes, corona de espinas, crucifixión, lanzada, etc. Son los misterios dolorosos, que recuerda, para meditarlos, la devoción del Santo Rosario. Injertado el cristiano en la Cruz por el Bautismo (cfr. Epístola a los Romanos 6,3 ss.), la participación espiritual del misterio de la muerte de Cristo es ineludible exigencia de su condición. En algunos casos, la participación es tan intensa, tan vivida, tan realista, que —según la tradición católica— se reproducen las llagas del Señor en el compaciente. El proceso de la estigmatización entraña un elemento psíquico (la compasión, alcanzando el término su plenaria significación...