Textos aprobados por aclamación popular en la capital cubana, que definieron las primeras opciones políticas y diplomáticas de la Cuba revolucionaria. La primera declaración fue adoptada el 2 de septiembre de 1960 por la Asamblea Nacional del Pueblo, presidida por Fidel Castro, y constituyó una réplica a la decisión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de excluir a Cuba. Reafirmó la soberanía de Cuba y su derecho a establecer relaciones diplomáticas con todos los países, y denunció el "imperialismo estadounidense imperante en el hemisferio". La segunda declaración, leída ante el pueblo el 4 de febrero de 1962, insistió sobre el internacionalismo revolucionario y fue una respuesta a la condena contra Cuba pronunciada por la OEA en su reunión de Punta del Este (Uruguay), bajo el impulso de la Administración Kennedy.