Introducción En el culto hay devociones religiosas y espirituales más o menos ligadas a formas simbólicas. La mística, que centra todo el valor de la relación con Dios en la interioridad del alma, busca más bien un distanciamiento de todo ritualismo cultural en favor de una piedad sin fórmulas ni ostentaciones. Por parte de la religiosidad profética (por ejemplo, en el Antiguo Testamento judeo-cristiano), en el decurso de la historia se ha dado también una protesta contra el culto externo ante el peligro de una exteriorización y mecanización de lo religioso, con las que se pretende fundamentar derechos y méritos espirituales.