Jacobo I Estuardo Pero la muerte de la «reina virgen» sumió a sus súbditos en el dolor y el temor. Isabel I había sabido hacerse amar por su pueblo, creándose entre éste y la reina una especie de acuerdo tácito formado por el respeto de los derechos mutuos. Su heredero, Jacobo I, era ya rey de Escocia. Cuando se anunció la llegada del nuevo rey, todos los que tenían algún peso en Inglaterra se dispusieron a acogerle favorablemente. Era hijo de María I Estuardo y de Enrique Estuardo, lord Darnley; pero la madre era católica, mientras que Jacobo era calvinista, y, lo que es más, tenía ya la reputación de un príncipe apasionado por la teología. Inglaterra podía, pues, estar tranquila: la religión oficial no cambiaría una vez más. Pero el entusiasmo inicial de los ingleses se extinguió rápidamente, decepcionados por el nuevo rey.