Historia El bombardeo artillero se utilizó históricamente contra las plazas fuertes, tanto para rendir su guarnición como para quebrantar la moral de la población civil. Cuando aparecieron las fortificaciones de campaña se utilizó para demolerlas o neutralizar a sus defensores. En la I Guerra Mundial (1914-1918) se iniciaron los primeros bombardeos aéreos, aunque ya habían tenido antecedentes en las campañas coloniales de África. En la II Guerra Mundial (1939-1945) los bombardeos tácticos y estratégicos adquirieron una importancia relevante, integrándose como técnica fundamental en el desarrollo de las operaciones militares.