XX. Dios Entre Los Hombres
Introducción LA derrota del ejército pompeyano en España puso fin a la guerra civil que ilusoriamente se había creído liquidada en Africa. César, que a pesar de la enfermedad había expuesto su propia vida en la campaña —suyas son las palabras: «Hasta ahora había luchado por la gloria- hoy he tenido que luchar por la vida»—, se encontraba muy cansado. Comía poco y dormía mal. Muchas noches despertaba bañado en sudor, víctima de oscuras pesadillas, de las que despertaba temblando, gritando —como en sus noches del palacio de Alejandría— el nombre de reales o supuestos enemigos, algunos de ellos muertos. Un viejo autor teatral al que César obligó a representar un papel en su propia obra, improvisaría para él, poco después, los siguientes versos:
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