CONSECUENTE con su vida y sus ideas, en las que los ejemplos y las buenas acciones desempeñaron un papel primordial, al redactar su testamento Benjamín Franklin dio una pauta a sus compatriotas. En una de las cláusulas Franklin condonaba a su yerno, Ricard Bache, la deuda que tenía contraída con él de dos mil ciento setenta y dos libras, y le legaba sus tierras de Ohio con la única condición de que manumitiera y pusiera en libertad a su negro Bob. A su hija Sara le dejó el retrato del rey de Francia ornado con cuatrocientos ocho diamantes, pidiéndole «que no convierta ninguno de estos diamantes en una joya…, introduciendo o fomentando con ello en este país la cara, vana e inútil moda de usar joyas». También legó dos mil libras de los honorarios que le debían como presidente del Estado de Pensilvania para que se emplearan en hacer navegable el río Schuylkill, y las deudas que no le habían liquidado las legó al Hospital de Pensilvania del que, como sabemos, había...