Introducción Retrato de Falla en la época del estreno de La vida breve, en Madrid. POCO después de la edición de Las cuatro piezas, llega a París el hermano de Falla, Germán, con la intención de estudiar la carrera de arquitecto en la capital francesa. Durante varios años ambos vivieron juntos en París, aunque en diferentes hoteles. Germán era la antítesis de su hermano mayor: abierto de carácter, extrovertido, dado a las bromas y a los ambientes bulliciosos, nada o muy poco tenía de la personalidad tímida y recogida del músico. Se encontraban con frecuencia en la casa de Pierre Matheu, un hermano de su madre que se había instalado en París hacía ya casi medio siglo, y era allí donde los Falla se comunicaban sus aspiraciones y sus pequeños o grandes problemas. Años después de su llegada a París, Germán consiguió igualar, en su campo, el prestigio que su hermano haba conseguido en la música. Se convirtió en un arquitecto de renombre mundial. Le cupo el honor de colaborar en la construcción del hotel Astoria, un enorme rascacielos de la ciudad de Nueva York, así como en la del Ministerio de Marina de Madrid, y más tarde, cuando ya había formado una familia, fundó la Escuela de Arquitectura de El Salvador, participando en la maquetación de la parte nueva de esta ciudad centroamericana. En una de las visitas a la casa de su tío, el señor Matheu, Germán conoció a María Luisa López de Montalbo, joven estudiante salvadoreña que se había trasladado a la capital francesa para cursar sus estudios, como hicieron Germán y Manuel. El joven hermano del compositor se sintió inmediatamente impresionado por la belleza y ternura de la estudiante salvadoreña, así como por su inteligencia, muy superior, según Germán, a la de todas las mujeres que había conocido hasta el momento. No tardaron mucho los jóvenes en comunicar su amor a sus familiares y amigos, aunque aún tendrían que esperar largos e interminables años hasta poder unirse en matrimonio. El 28 de junio de 1829 se casaron en París, en la iglesia de la Asunción, barrio de Auteuil, y en mayo del año siguiente se trasladaron al lugar donde Germán alcanzaría su consagración: El Salvador. Allí nació también su primer hijo, una niña a la que llamaron Maribel, que apadrinó en el bautismo su tío Manuel, el cual sintió siempre por su única sobrina un cariño y amor casi paternal.