Introducción Pompeyo. COINCIDIENDO casi con la huida de Cicerón, Roma se ve sacudida por las noticias, cada vez más alarmantes, de que tribus bárbaras procedentes del norte habían llegado hasta la orilla derecha del Ródano, junto al lago de Ginebra, y hacían preparativos para invadir la Galia Transalpina, precisamente la última de las provincias adjudicadas a César. Los rumores hablaban de miles y miles de hombres, valientes guerreros armados hasta los dientes y firmemente resueltos a establecerse para siempre en las tierras conquistadas, como lo demostraba el hecho de haber arrasado sus campos y quemado sus casas antes de partir, haciéndose acompañar por sus familias.