Vergara : 22
Vergara Capítulo XXII de Benito Pérez Galdós Como recuerdo espectral, de esos que pintan y entonan la figura y voz de personas ausentes, perseguía D. Eustaquio al caballero, quien no podía menos de admirar la travesura del astuto aragonés. Habríale gustado penetrar el secreto de sus artimañas, sorprender entre sus ágiles dedos los hilos que manejaba; observar la sutil hipocresía con que se infiltraba en la sociedad que quería corromper. La llegada al arrabal de Pinondo, en Durango, donde se albergaron, borró aquellas impresiones, que no revivieron hasta el día siguiente por la tarde, en ocasión de, hallarse el caballero rendido de cansancio y un poco febril. Grande había sido el ajetreo de entregar y recoger mercancía; como unas quince veces recorrió cada uno la distancia entre el parador y el centro de la villa, sin que nada de particular les ocurriese. En retirada iban hacia su vivienda Quilino9 y Muno, atravesando por frente a los arcos de la parroquial de...
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