Sedan
Sedan de Víctor Hugo Es grande Lucifer en su caída algo de apoteosis hay en ella. En su inmensa catástrofe una huella de vivísima luz puso el Señor. Bonaparte cayó! Luces y nieblas rodean su memoria soberana. Queda la duda, en la conciencia humana, sobre el mal que hacen los que grandes son. Cuando asciende un gigante á las alturas imitarlo pretende hasta el pigmeo: no alienta en un enano un Prometeo; quien nació chico, chico acabará. Y Dios, para lección de los mortales, tras la epopeya la parodia trajo, y así vimos á un triste renacuajo caer desde una altura colosal. Era el crimen ese hombre. Era preciso que, al caer, ostentase su miseria, histrión infame que, en infame feria, revistiera la púrpura imperial. Y al caer entre el lodo, el mismo lodo se avergonzó de recibir sus manes... ¡César! Asco inspiraste aún á los canes y náusea al inmundísimo albañal. Poesías de Víctor Hugo A mi hija - Confrontaciones - Desdén - El canto de los...
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