Miguel Strogoff: Primera parte: Capítulo XVI
El último esfuerzo Miguel Strogoff tenía razón al temer algún mal encuentro en aquellas planicies que se prolongaban más allá de la Baraba, porque los campos, hollados por los cascos de los caballos, mostraban claramente que los tártaros habían pasado por allí, y de aquellos bárbaros podía decirse lo mismo que se dice de los turcos: «Por allá por donde pasa el turco, no vuelve a crecer la hierba.» El correo del Zar debía, pues, tomar las más minuciosas precauciones para atravesar aquellas comarcas. Algunas columnas de humo que se elevaban por encima del horizonte indicaban que todavía ardían las aldeas y los caseríos. Aquellos incendios ¿habían sido provocados por la vanguardia de las fuerzas tártaras, o el ejército del Emir había llegado ya a los últimos limites de la provincia? ¿Se encontraba Féofar-Khan personalmente en el gobierno del Yeniseisk? Miguel Strogoff no lo sabía y no podía decidir nada mientras no estuviera seguro sobre este punto. ¿Estaba...
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