Los tres mosqueteros: Capítulo LXII
Los tres mosqueterosDos variedades de demonios de Alejandro Dumas (padre) -¡Ah! - exclamaron al mismo tiempo Rochefort y Milady-. ¡Sois vos! -Sí, soy yo. -¿Y llegáis?... - preguntó Milady. -De La Rochelle. ¿Y vos? -De Inglaterra. -¿Buckingham? -Muerto o herido peligrosamente; cuando yo partía sin haber podido obtener nada de él, un fanático acababa de asesinarlo. -¡Ah! - exclamó Rochefort con una sonrisa-. ¡He ahí un azar muy feliz! Y que satisfará mucho a Su Eminencia. ¿Le habéis avisado? -Le escribí desde Boulogne. Pero ¿cómo estáis aquí? -Su Eminencia, inquieto, me ha enviado en vuestra busca. -Llegué ayer. -¿Y qué habéis hecho desde ayer? -No he perdido mi tiempo. -¡Oh! Eso me lo sospecho de sobra. -¿Sabéis a quién he encontrado aquí? -No. -Adivinad. -¿Cómo queréis...? -A esa joven a quien la reina ha sacado de prisión. -¿La amante del pequeño D'Artagnan? -Sí, a la señora Bonacieux, cuyo retiro ignoraba el cardenal. -Bueno - dijo...
Está viendo el 6% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas