Los seis velos: 7
Los seis velos de Pedro Antonio de Alarcón Parte sexta. El velo amarillo. (Habla Rafael).-La última vez que la vi fue también al través de un velo. Pasaba yo un día por la calle de la Montera, cuando un amigo mío, que estaba parado en la puerta de la iglesia de San Luis, me llamó y suplicóme que entrase a ser testigo de una boda, en sustitución de otro que tardaba. Accedí, y al atravesar el templo con dirección a la sacristía, vi en medio de él una mujer todavía joven, enteramente sola..., completamente abandonada... ¡Era Matilde! Cubría su faz un espantoso velo amarillo. ¡El velo de la muerte! Porque ¡ay! Matilde no era ya Matilde... Era un cadáver tendido en negro y pobre ataúd, ¡en la caja de las Ánimas! Lloré entonces su desgraciada suerte... y, ¡mira!..., no sé por qué, todavía la lloro... FIN DE LA SEXTA Y ÚLTIMA PARTE Comentario del autor Hay algo más horrible que lo negro, y es lo amarillo. ...
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