Los Miserables: IV.2.7

Los MiserablesCuarta parte: "Idilio en calle Plumet y epopeya en calle Saint-Denis"Libro segundo: "Eponina"Capítulo VII: La rosa descubre que es una máquina de guerra de Víctor Hugo Cosette adoraba a su padre con toda el alma. Como él no vivía dentro de la casa ni iba al jardín, a ella le gustaba más pasar el día en el patio de atrás, en esa habitación sencilla, que en el salón lleno de muebles finos. El le decía a veces, dichoso de que lo importunara: - ¡Ya, ándate a la casa, déjame en paz solo un rato! Ella solía reprenderlo, como se impone una hija al padre: - ¡Hace tanto frío en vuestra casa! ¿Por qué no ponéis una alfombra y una estufa? - Niña mía, hay tanta gente mejor que yo que no tiene ni un techo sobre su cabeza. - ¿Entonces por qué yo tengo siempre fuego en la chimenea? - Porque eres mujer, y eres una niña. Otra vez le dijo: - Padre, ¿por qué coméis ese pan tan malo? - Porque sí, hija mía. - Entonces, si vos lo coméis, yo también lo...

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