Los Ayacuchos : 3
Los Ayacuchos Capítulo III de Benito Pérez Galdós Día tras día, llegaron los de Octubre del 41. Respondiendo a voces internas (que en un corazón de once años no faltan cositas que vocear), Isabel se decía: «Tengo que fijarme en todo lo que sucede, para ir viendo, para ir conociendo... Porque a lo mejor, aquí andan a tiros y se revoluciona toda la gente sin que una se entere de nada. ¿Qué es lo que quieren? ¿Por qué andan a la greña unos y otros? Es preciso que yo lo sepa y que tenga mucho cuidado con lo que ocurre. No se me pasará nada, y estaré con mucho ojo para que no puedan engañarme. A los malos habrá que castigarlos, y premiar a los buenos». Esto lo pensaba en la tarde del 7 de Octubre, paseando con su hermanita por lo reservado del Retiro. De regreso a Palacio les dieron de cenar, y luego emplearon un rato en la lección de música, bajo la dirección de la profesora doña Rosario Weiss, que aún no desempeñaba la plaza en propiedad. El maldito solfeo...
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