Las mil y una noches:636
Las mil y una noches - Tomo IV Pero cuando llegó la 649ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 649ª NOCHE Ella dijo: "¡... Que Alah te haga olvidar tu aflicción ¡oh Caña-de-Azúcar! y cure tus heridas y prolongue tu vida tantos años como dejó de vivir el difunto!" Y la desolada Caña-de-Azúcar besó la mano de su señora, llorando, y regresó a su aposento completamente sola. Entró, pues, en la habitación donde la esperaba Abul-Hassán, siempre tendido como un muerto y envuelto en el sudario, y cerró la puerta al entrar, y empezó por soltar una carcajada de buen augurio. Y dijo a Abul-Hassán: "¡Levántate ya de entre los muertos ¡oh padre de la sagacidad! y ven a arrastrar conmigo este saco de oro, fruto de tu malicia! ¡Por Alah, que no va a ser hoy cuando nos muramos de hambre!" Y Abul-Hassán, ayudado por su mujer, se apresuró a desembarazarse del sudario, y saltando sobre ambos pies, corrió adonde estaba el saco de oro y lo arrastró hasta el centro de...
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