Las mil y una noches:605
Las mil y una noches - Tomo IV Pero cuando llegó la 606ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 606ª NOCHE Ella dijo: "... Pero entonces, de en medio de aquel cuadro de luz, se adelantó una amazona más alta que todas las demás, cuyo rostro no estaba descubierto bajo el yelmo, sino completamente oculto con la visera calada, y cuyo pecho de senos firmes relucía bajo la protección de una cota de mallas de oro más apretadas que las alas de las langostas. Y detuvo bruscamente su yegua a algunos pasos de Hassán. Y Hassán, sin saber si sería para él hostil u hospitalaria, comenzó por hundir ante ella la frente en el polvo, levantando luego la cabeza y diciéndole: "¡Oh soberana mía! ¡Soy un extranjero a quien el Destino ha conducido a esta tierra, y me pongo bajo la protección de Alah y bajo tu salvaguardia! ¡No me rechaces! ¡Oh soberana mía! ¡Ten piedad del desdichado que va en busca de su esposa y de sus hijos!" Al oír estas palabras de Hassán, la jinete se...
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