Las mil y una noches:597
Las mil y una noches - Tomo IV Y cuando llegó la 598ª noche de Anónimo Y CUANDO LLEGO LA 598ª NOCHE Ella dijo: "... Y habiendo dicho estas palabras, Esplendor se elevó por los aires y fué a posarse un instante sobre la cúpula del palacio para alisar sus plumas. Luego reanudó su vuelo, y desapareció en las nubes con sus dos hijos. En cuanto a la pobre madre de Hassán, estuvo a punto de expirar de dolor, y quedó sin movimiento, desplomada en el suelo. Y Sett Zobeida se inclinó sobre ella y le prodigó por sí misma los cuidados necesarios; y cuando la hubo reanimado un poco, le dijo: "¡Ah madre mía! ¿por qué en vez de negarlo todo, no me has prevenido de que Esplendor podía hacer semejante uso de esa ropa encantada, de ese manto fatal! ¡Me hubiese guardado mucho entonces de dejarlo en su poder! Pero, ¿cómo iba yo a adivinar que la esposa de tu hijo pertenecía a la raza de los genn aéreos? ¡Te ruego, pues, mi buena madre, que me perdones por mi ignorancia...
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