Las mil y una noches:507
Las mil y una noches - Tomo IV Pero cuando llegó la 508ª noche de Anónimo PERO CUANDO LLEGO LA 508ª NOCHE Ella dijo: "... Se te fué de entre las manos la pesca, ¡oh pescador!" Pero en aquel mismo instante el marítimo apareció fuera del agua llevando una cosa encima de la cabeza, y fué a situarse en la orilla al lado del terrestre. Y tenía el marítimo las dos manos llenas de perlas, de coral, de esmeraldas, de jacintos, de rubíes y de toda clase de pedrerías. Y se lo ofreció todo al pescador, y le dijo: "Toma esto, ¡oh hermano mío Abdalah! y dispénsame por lo poco que es. Porque por ahora no tengo un cesto para llenártelo; pero la próxima vez me traerás uno, y te lo devolveré lleno de estos frutos del mar". Al ver aquellas gemas preciosas, el pescador se regocijó extremadamente. Y las tomó, y después de hacerlas correr por entre sus dedos maravillándose, se las guardó en el seno. Y le dijo el marítimo: "¡No te olvides de nuestro pacto! Y ven aquí...
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