Las mil y una noches:440
Las mil y una noches - Tomo III Y cuando llegó la 442ª noche de Anónimo Y CUANDO LLEGO LA 442ª NOCHE Ella dijo: "¡... Ay de mi burro! ¡Ay de mis muelas perdidas!" De esta manera estuvieron recorriendo durante mucho tiempo los diversos barrios de la ciudad; pero de improviso, al volver una esquina el arriero fué también el primero en divisar y reconocer a Dalila la Taimada, cuyo nombre y cuya vivienda ignoraban todos ellos. Y no bien la vió, se abalanzó a ella el arriero, gritando: "¡Hela aquí! ¡Ahora va pagarnos todo!" Y la arrastraron a casa del walí de la ciudad, que era el emir Khaled. Llegados que fueron al palacio del walí, entregaron la vieja a los guardias, y les dijeron: "¡Queremos ver al walí! Los guardias contestaron: "Está durmiendo la siesta. ¡Esperad un poco a que se despierte! Y los cinco querellantes esperaron en el patio, mientras los guardias hacían entrega de la vieja a los eunucos para que la encerraran en un cuarto del harén hasta que...
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