La lucha por la vida II: 018
none Pág. 018 de 121 La lucha por la vida II Primera parte Pío Baroja -Dígamelo usted a mí -repuso la dama-, que cuando pienso en la vida que he llevado y en la que llevo ahora, me asombro. Indudablemente, Dios me ha dado una naturaleza privilegiada, porque me acostumbro con facilidad a todo. -Usted siempre podrá llevar una buena vida si quiere -replicó Mingote-. ¡Oh! Si yo hubiera sido mujer, ¡qué carrera! La baronesa volvió la cabeza con un gesto de disgusto. -No hablemos de eso. -Tiene usted razón; ya, ¿para qué? Ahora desarrollaremos el nuevo plan estratégico. Yo iré preparando las pruebas del estado civil del muchacho. Usted, ¿quiere quedarse con él? -Bueno. -Le puede servir a usted para los recados. Sabe escribir bastante bien. -Nada, nada, que se quede. -Entonces, mi señora baronesa, hasta uno de estos días, en que traeré los papeles. Señora..., a sus pies. -¡Ay, qué ceremonioso! ¡Adiós, Mingote! Acompáñale, Manuel. Fueron los dos hasta...
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