La lucha por la vida I: 005
none Pág. 005 de 97 La lucha por la vida I Primera parte Pío Baroja A la Petra, aquella carta le hizo cavilar mucho. Después de fregar los platos se puso a lavar en la artesa; no le abandonaba la idea fija de que, cuando su cuñado le enviaba a Manuel, habría hecho alguna barbaridad el muchacho. Pronto lo podía saber, porque a la noche llegaba. La Petra tenía cuatro hijos, dos varones y dos hembras; las dos muchachas estaban bien colocadas: la mayor, de doncella, con unas señoras muy ricas y religiosas; la pequeña, en casa de un empleado. Los chicos le preocupaban más; el menor no tanto, porque, según le decían, seguía siendo de buena índole; pero el mayor era revoltoso y díscolo. -No se parece a mí -pensaba la Petra-. En cambio, tiene bastante semejanza con mi marido. Y esto le producía inquietudes; su marido, Manuel Alcázar, había sido hombre enérgico y fuerte, y en la última época de su vida, malhumorado y brutal. Era maquinista de tren y ganaba...
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