La lucha por la vida I: 004
none Pág. 004 de 97 La lucha por la vida I Primera parte Pío Baroja Eran lienzos en donde el pintor había desarrollado escenas bíblicas tremebundas: matanzas, asolamientos, fieros males; pero de tal manera, que a pesar de la prodigalidad del artista en sangre, llagas y cabezas cortadas, aquellos lienzos, en vez de horrorizar, producían impresión alegre. Uno de ellos representaba la hija de Herodes contemplando la cabeza de san Juan Bautista. La figuras todas eran de amable jovialidad; el rey, con indumentaria de rey de baraja y en la postura de un jugador de naipes, sonreía; su hija, señora coloradota, sonreía; los familiares, metidos en sus grandes cascos, sonreían, y hasta la misma cabeza de san Juan Bautista sonreía, colocada en un plato repujado. Indudablemente el autor de aquellos cuadros, si no el mérito del dibujo ni el del colorido, tenía el de la jovialidad. A derecha e izquierda de la puerta de la casa corría el pasillo, de cuyas paredes colgaban...
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