La gaviota (Caballero): 31
Capítulo XXIX 31 Pág. 31 de 33 La gaviota (Caballero) Fernán Caballero María, indispuesta desde antes de ir a la cena, había empeorado y tenía calentura a la mañana siguiente. -Marina -dijo a su criada, después de un inquieto y breve sueño-, llama a mi marido, que me siento mala. -El amo no ha vuelto -respondió Marina. -Habrá estado velando algún enfermo -dijo María ¡Tanto mejor! Me recetaría una cáfila de cosas y de remedios y yo los aborrezco. -Estáis muy ronca -dijo Marina. -Mucho -respondió María-, y es preciso cuidarme. Me quedaré hoy en cama y tomaré un sudorífico. Si viene el duque, le dirás que estoy dormida. No quiero ver a nadie. Tengo la cabeza loca. -¿Y si viene alguien por la puerta falsa? -Si es Pepe Vera, déjale entrar, que tengo que decirle. Echa las persianas y vete. Salió la criada y a los pocos pasos volvió atrás, dándose un golpe en la frente. -Aquí -dijo- hay una carta que el amo ha dejado a Nicolás para...
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