La Divina Comedia: El Purgatorio: Canto XIX
La Divina Comedia El Purgatorio: Canto XIX de Dante Alighieri En la hora cuando aún el calor diurno no puede entibiar más el frío de la Luna, vencido por la Tierra, y a veces por Saturno; cuando los geomantes su Mayor Fortuna ven en oriente, antes del alba, surgir por la vía que poco está oscura, vínome en sueños una mujer gaga, de ojos bizca, de pies torcidos, manca de manos, y pálida de tez. Yo la miraba; y así como el Sol conforta los fríos miembros que la noche agrava, de igual manera mi mirada liberaba su lengua, y luego la enderezaba entera en pocas horas, y el descolorido rostro, como el amor quiere, coloreaba. Luego que así tuvo ella el habla suelta comenzó tal cantar que con pena hubiera mi atención separado de ella. “Yo soy”, cantaba, “yo soy la dulce sirena, que a los marineros en medio del mar desvío; ¡Tanto estoy de placeres a gozar plena! Yo aparté a Ulises de su variado camino con mi canto; y quien se arraiga conmigo, rara vez se...
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