La corona de fuego: 51
La corona de fuego o los subterráneos de las torres de Altamira de José Pastor de la Roca Capítulo VI - El careo ¡Oh, sabia Providencia, Cuál triunfa tu justicia soberana! Poco después, el mandato de Alfonso era puntualmente obedecido. Betsabé, rodeada de alabardas y partesanas, entraba de nuevo en la pieza del juicio. Su paso era firme y seguro, su fisonomía estaba exaltada hasta la ferocidad, su mirada era la de la leona irritada y colérica, y en toda aquella nerviosa organización dejábase notar una exaltación sobrenatural e imponente, como una tempestad de odio terriblemente explotado. La penetración de aquella criatura de temple de hierro, de cuyo tesón dieran testimonio evidente su perseverancia y su obstinación tan tenaces, había adivinado todo cuanto acabara de ocurrir, o sea la delación tan cumplida que había hecho Eleazar de aquella complicada serie de maquinaciones y crímenes, y en la cual cupiérale tanta parte. Colocada enfrente del hebreo, las...
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