La Conquista del Perú: 13
La Conquista del Perú de Pablo Alonso de Avecilla XII - Hostilidades Los emisarios de Atahulpa que corrían el imperio reuniendo el oro necesario para el rescate, empezaban a llegar a Cajamalca conduciendo enormes cantidades, según el cupo repartido a cada provincia; todos llenos de inquietud ansiaban el momento de ver reunido el necesario para llenar la tienda hasta la altura conyenida, y todos contribuían gustosos y solícitos al objeto, y en tanto, como hemos visto, los campos enemigos parecían estar en la más acorde harmonía. Ocollo no se separaba del pabellón de su adorado Inca, y hasta Huascar y Vericochas tenían frecuentes entrevistas con los jefes invasores, y tocaban superficialmente algunos puntos de religión y de política. Pizarro, cual león que enguedeja su melena tras de la esquiva leona, seguía ardoroso los pasos de la hermosa Ocollo, y de día en día se inflamaba con más violencia la llama de amor que ardía en su pecho, que mal pudiera escaparse a...
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