Ivanhoe: Capítulo XXIII
Ivanhoe de Walter Scott «Sube, valiente soldado, a lo alto de aquesa almena; mira y dinos cómo va el reñir de la pelea. » SCHILLER: La doncella de Orleans. Los momentos de peligro suelen ser también momentos de franqueza, en que el cariño se muestra sin disfraz: la agitación general de los sentimientos rompe los lazos del disimulo ' descubre lo que la prudencia oculta en tiempos más tranquilos. Al hallarse de nuevo junto a Ivanhoe, Rebeca observó con extrañeza el placer que experimentaba en medio de tantas escenas de males y peligros. Cuando le tomó el pulso y le preguntó por su salud, sus movimientos y palabras indicaban un interés mucho más vivo que el que ella hubiera querido manifestar abiertamente. Sintióse agitada por un temblor extraordinario. -¿Eres tú, hermosa doncella? -le dijo indiferente Ivanhoe. Esta pregunta la hizo volver en sí recordándole que el sentimiento que abrigaba en su corazón no podía ni debía ser correspondido. Escapósele un...
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