III. De maestro a predicador
El pensionado El 4 de abril de 1876 le escribió un tal mister Stokes, director de un pensionado en Ramsgate, Inglaterra. La carta le pedía que se trasladase inmediatamente. Debería pasar un mes de prueba sin cobrar un céntimo. Después, a la vista de los resultados, se le fijaría el sueldo. Van Gogh aceptó: «… ¡De todas formas, tendré vivienda y mesa gratis!». Y se embarcó.
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