Himno al dos de mayo
Himno al dos de mayo de José de Espronceda ¡Oh! ¡Es el pueblo! ¡Es el pueblo! Cual las olas del hondo mar, alboratado brama; las esplendentes glorias españolas, su antigua prez, su independencia aclama. Hombres, mujeres vuelan al combate; el volcán de sus iras estalló: sin armas van, pero en sus pechos late un corazón colérico español. La frente coronada de laureles, con el botín de la vencisa Europa, con sangre hasta las cinchas los corceles en cien campañas, veterana tropa, los que el rápido Volga ensangrentaron, los que humillaron a sus pies naciones, sobre las pirámides pasaron al galope veloz de sus bridones, a eterna lucha, a desigual batalla, Madrid provoca en su encendida ira, su pueblo inerme allí entre la metralla y entre los sables reluchando gira. Graba en su frente luminosa huella la lumbre que destella el corazón; y a parar con sus pechos se atropella el rayo del mortífero cañón. ¡Oh de sangre y valor glorioso día! Mis padres cuando niño...
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