Fortunata y Jacinta: 1.05.07
VIIParte Primera (Capitulo V) de Benito Pérez Galdós Santa Cruz tardó algún tiempo en dar la debida respuesta. Hacía rayas en el suelo con el bastón. Por fin se expresó así: «Supe que en efecto había...». Jacinta tuvo la piedad de evitarle las últimas palabras de la oración, diciéndolas ella. Al Delfín se le quitó un peso de encima. «Traté de verla..., la busqué por aquí y por allá... y nada... Pero qué, ¿no lo crees? Después no pude ocuparme de nada. Sobrevino la muerte de tu mamá. Transcurrió algún tiempo sin que yo pensara en semejante cosa, y no debo ocultarte que sentía cierto escozorcillo aquí, en la conciencia... Por Enero de este año, cuando me preparaba a hacer diligencias, una amiga de Segunda me dijo que la Pitusa se había marchado de Madrid. ¿A dónde? ¿Con quién? Ni entonces lo supe ni lo he sabido después. Y ahora te juro que no la he vuelto a ver más ni he tenido noticias de ella». La esposa dio un gran suspiro. No sabía por...
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