Estado civil - Primera parte. Capítulo V
TRADICION La claridad de la lámpara es triste. Mi criada está junto a la cama y me explica la estampa de Epinal. Y el malvado señor fue degollado por el prudente barbero. ¿Qué es matar? ¿Qué es morir? Le pregunto con interés, pero cuando llega la respuesta no me encuentra, la preocupación ha vuelto a asaltarme. Me acuerdo de esta lejana imagen porque todavía padezco la inquietud de aquella noche. Hacía interminable la narración, ganaba tiempo, tenía miedo de estar solo, mi miedo me esperaba en el rincón no iluminado y el temor de estar sin mi madre estaba en el fondo de mi almohada, como el polvo que hace toser y llorar. Pero la penumbra turbadora se desvanece finalmente bajo las figuras deslumbrantes. Son los compañeros, son los primeros hombres que he conocido, con quienes he vivido, por quienes primero he sentido una ruda ternura. Son Napoleón y sus soldados. Había dos grandes álbumes. Uno estaba en casa de mis padres. Cuando lo leía ponía cara de sabio, pero...
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