El signo de los cuatro: V
El signo de los cuatro Capítulo V - El drama de Pabellón Pondicherry de Arthur Conan Doyle Eran casi las once de la noche cuando llegamos a esta etapa final de nuestra aventura nocturna. Habíamos dejado atrás la niebla húmeda de la ciudad y hacía bastante buena noche. Soplaba un viento cálido del Oeste, y por el cielo se desplazaban densas nubes, entre cuyas aberturas asomaba de vez en cuando la media luna. Había bastante claridad como para ver a cierta distancia, pero Thaddeus Sholto descolgó uno de los faroles laterales del carruaje para iluminar mejor nuestro camino. El Pabellón Pondicherry se alzaba en terreno propio, rodeado por una tapia de piedra muy alta y rematada con cristales rotos. La única vía de entrada era una puerta estrecha con refuerzos de hierro. Nuestro guía llamó a esta puerta con un típico toc––toc como el de los carteros. ––¿Quién es? ––gritó desde dentro una voz ronca. ––Soy yo, McMurdo. Ya deberías conocer mi...
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