El sabor de la tierruca: 12
El sabor de la tierruca-XII: Medias tintas de José María de Pereda ¡Bueno estuvo el agasajo aquel!... ¡Bueno de veras!... Primeramente, conservas de guindas y ciruelas claudias, queso de Flandes y miel de abejas; después, chocolate con sobadas de manteca, y bollos de Mallorca; y para endulzar el agua, azucarillos de color de rosa. De todo había en la despensa, gracias a Dios. De lo uno, porque abundaban los frutales y los dujos en la huerta, y las vacas de leche en los establos de don Pedro Mortera; y las manos de su señora (y aprovecho esta ocasión para decir que se llamaba doña Teresa Coteros, cepa de lustre en la Montaña), así como las de su hija, se pintaban solas para entender en ese ramo de golosinas. De lo demás y otro tanto, como la villa estaba cerca, nunca faltaba en casa la necesaria provisión. Repito que estuvo bueno, ¡bueno de veras!, el agasajo, servido en amplia mesa, en mitad de la sala. Pero ¡bien le hizo los honores y le ponderó el...
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