El retrato de Dorian Gray : 13
El retrato de Dorian Gray : 13 de Oscar Wilde Dorian salió de la habitación y empezó a subir, seguido muy de cerca por Basil Hallward. Caminaban sin hacer ruido, como se hace instintivamente de noche. La lámpara arrojaba sombras fantásticas sobre la pared y la escalera. El viento, que empezaba a levantarse, hacía tabletear algunas ventanas. Cuando alcanzaron el descansillo del ático, Dorian dejó la lámpara en el suelo y, sacando la llave, la introdujo en la cerradura. -¿De verdad quieres saberlo, Basil? -le preguntó en voz baja. -Sí. -No te imaginas cuánto me alegro -respondió, sonriendo. Luego añadió, con cierta violencia-: eres la única persona en el mundo que tiene derecho a saberlo todo de mí. Estás más estrechamente ligado a mi vida de lo que crees -luego, recogiendo la lámpara, abrió la puerta y entró en la antigua sala de juegos. Una corriente de aire frío los asaltó, y la lámpara emitió por unos instantes una llama de turbio color naranja....
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