El Niño de Guzmán: 11
Capítulo XI 11 Pág. 11 de 13 El Niño de Guzmán Emilia Pardo Bazán Proyectos A la mañana siguiente, muy temprano, despertó a Pedro -que bahía dormido mal, con sueño agitado, en su cuarto de la fonda- la visita de Borromeo, el cual se fue derecho a su cama y le soltó un cariñoso abrazo. Cuando el Niño pudo mirar a su madrugador visitante, costole trabajo refrenar un movimiento de pena. ¿El Borromeo Noroña, el misántropo que tan bien escribía, que tanta inteligencia revelaba, era aquel ser enteco y contrahecho, lastimosa caricatura de hombre? Creyó ver uno de los enanos de Velázquez; pero la mala impresión transformose al punto en generosa lástima. Borromeo advirtió lo que pasaba por el espíritu de mi primo, y quiso echar a broma la aflictiva realidad. -Veo que mi facha te enamora... No hagas caso... ¡Ya sabes que me llamo Gentileza! La naturaleza ha sido madrastra conmigo. Con Mauricio derrochó y ya no quedó migaja para el segundo....
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