El amigo Manso: 14
El amigo Manso Capítulo XIV de Benito Pérez Galdós Capítulo XIV - ¿Pero cómo, Dios mío, nació en mí aquel propósito? ¿Nació del sentimiento o de la razón? Hoy mismo no lo sé, aunque trato de sondear el problema, ayudado de la serenidad de espíritu de que disfruto en este momento. «Esta joven es un tesoro» dije a mi hermano y a Lica, que estaban muy contentos con los progresos de las niñas. En los días buenos, Irene y las tres criaturas salían a paseo. Yo cuidaba mucho de que no se alterara aquella costumbre, recomendada por la higiene, y me agregaba a tan buena compañía las más de las tardes, unas veces porque hacía propósito de ello, otras porque los encontraba (no sé si casualmente) en la calle. Estas casualidades ocurrían con orden tan infalible, que dejaron de serlo. Hablando con Irene, pude observar que no era mujer con pretensiones de sabia, sino que poseía la cultura apropiada a su sexo y superior indisputablemente a toda la que pudieran...
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