El alcalde de Zalamea: Jornada Segunda
Jornada Segunda Salen don MENDO y NUÑO, su criado MENDO: ¿Quién os contó todo esto? NUÑO: Todo esto contó Ginesa, su criada. MENDO: ¿El capitán, después de aquella pendencia, que en su casa tuvo, fuése? ¿Ya verdad o ya cautela, ha dado en enamorar a Isabel? NUÑO: Y es de manera, que tan poco humo en su casa él hace, como en la nuestra nosotros. Él todo el día no se quita de su puerta. No hay hora, que no le envíe recados; con ellos entra y sale un mal soldadillo, confidente suyo. MENDO: ¡Cesa! Que es mucho veneno, mucho, para que el alma lo beba de una vez. NUÑO: Y más no habiendo en el estómago fuerzas con que resistirle. MENDO: Hablemos un rato, Nuño, de veras. NUñO: ¡Pluguiera a Dios fueran burlas! MENDO: ¿Y qué le responde ella? NUñO: Lo que a ti; porque Isabel es deidad hermosa y...
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