Clemencia Tercera parte: 9
ClemenciaTercera Parte Capítulo IX de Fernán Caballero Tercera parte Capítulo IX Largo rato permaneció el Vizconde contemplando a Clemencia, marcando su noble y expresivo rostro la más profunda compasión. Ella estaba tan abstraída que no lo notó. -¡Pobre mujer! -murmuré al fin. Estas palabras sacaron a Clemencia de su enajenamiento. -¿Por qué me decís eso? -preguntó con su sonrisa dulce que quiso hacer alegre, pero al través de la cual, a pesar de sus esfuerzos, un observador como el Vizconde entreveía lágrimas. -Lo digo, Clemencia, porque si en todas cosas sois superior a las demás mujeres, en una sola les sois semejante. -¿En cuál, señor? -En labraros vuestra desgracia por vuestras propias manos. -¿Qué queréis decir? ¿Yo? ¿Cómo? -Con amar al hombre que menos os ama y menos os aprecia; con preferir entre dos, al que menos os merece; me atrevo a decirlo como una sencilla verdad, que no dictan ni el amor propio, ni los celos. -¡Señor Vizconde!...
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