Claus el grande y Claus el chico: 6
none Pág. 6 de 7 Claus el grande y Claus el chico Hans Christian Andersen -¿Estás loco?, ¿piensas que tenemos la plata por fanegas? -¡Pieles!, ¡pieles!- continuó, -¿quién quiere comprar pieles? Y cuando alguno preguntaba su precio: - Una fanega de plata por cada una, - respondía. -¡Quiere burlarse de nosotros! - Exclamaron todos al fin, y cogiendo los zapateros sus tirapiés y los curtidores sus delantales, comenzaron a zurrar a Claus el grande. -¡Pieles!, ¡pieles!- gritaban burlándose de él, - ¡ya te arreglaremos la piel y te la pondremos verde y azul! ¡Fuera de la ciudad! Y Claus el grande tuvo que huir a toda prisa. Nunca le habían zurrado tan perfectamente. - Bueno, -dijo, una vez que entró en su casa: Claus el chico que tiene la culpa de todo esto, me lo pagará. ¡ Le mato! Y en cuanto entró en su casa, cogió un saco grande y fue a la de Claus el chico y le dijo: -Por segunda vez te has burlado de mí. Primero maté mis cuatro caballos, luego a...
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