Apéndice 1. Los esclavos negros: de las tierras libres de Africa a las plantaciones americanas
Las rutas del comercio del «ébano» Antes del descubrimiento de América ya existía un floreciente comercio de esclavos negros entre asiáticos y musulmanes. En la Europa occidental los primeros en explotar esta fuente de riqueza fueron los portugueses. En 1442 llegaron a Lisboa los primeros contingentes de esclavos negros. En 1500 se calcula que el 10 por 100 de la población lisboeta estaba formada por los esclavos de color. Algunas regiones como el Algarve se aprovecharon de los esclavos negros para poner en cultivo grandes extensiones de tierra. Los propietarios descubrieron entonces que los negros, por su atraso y su fortaleza física, podían realizar los trabajos más duros en condiciones económicas más ventajosas que los naturales del país, y crearon los medios para que este tipo de comercio pudiera desarrollarse en gran escala. A partir de entonces se formaron compañías para la explotación del comercio del «ébano», como se llamaba en el argot de los traficantes, y los navegantes portugueses crearon establecimientos y fuertes en las costas del Africa occidental donde los caciques y reyezuelos tribales acudían a intercambiar negros por quincallería, telas y alimentos. El primer establecimiento portugués de esta clase se instaló en la isla Argüin (1448), situada junto a la costa de la actual Mauritania, y el segundo en la actual Elmina (1481), que entonces se llamaba San Jorge de Mina.
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