Ana Karenina II: Capítulo XII
Ana KareninaSegunda parte: Capítulo XII de León Tolstoi En los primeros días que siguieron a su regreso de Moscú, Levin se estremecía y se ruborizaba cada vez que recordaba la vergüenza de haber sido rechazado por Kitty, y se decía: «También me puse rojo y me estremecí y me consideré perdido cuando me suspendieron en Física, y también cuando eché a perder aquel asunto que mi hermana me confiara... ¿Y qué? Luego pasaron los años y al acordarme de aquellas cosas me asombra pensar que me disgustaran tanto. Con lo de ahora sucederá igual: pasarán los años y luego todo eso me producirá sólo indiferencia» . Pero al cabo de tres meses, lejos de ser indiferente a aquel dolor, le afligía tanto como el primer día. No podía calmarse, porque hacía mucho tiempo que se ilusionaba pensando en el casamiento y considerándose en condiciones para formar un hogar. ¡Y sin embargo aún no estaba casado y el matrimonio se le aparecía más lejano que nunca! Levin tenía la...
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