Amadeo I : 18
Amadeo I : 18 de Benito Pérez Galdós Maravillado me dejó la presencia de Mariclío, pues aunque bien conocía yo sus naturales tendencias a la ubicuidad, no esperaba verla en aquel lugar de Vasconia, donde nada ocurría digno de los borceguíes ni aun de las sandalias de mi ilustre amiga. Hice propósito de visitarla en su posada, en cuanto tuviera un rato disponible. Viéndola escurrirse entre el gentío saliente, acompañada de otra mujer que acaso sería su posadera, pensé que mi discurso debió de causarle gran regocijo, y de ello me alabé, pues yo también de dientes adentro me reía de mí mismo, y celebraba el gracejo y socarronería con que supe tomar el pelo a los inocentes y fanáticos durangueses. Ni en aquella tarde ni en todo el día siguiente pude ver a Mariclío, porque en mi casa menudeaban las visitas. Tras de las visitas venían las invitaciones a comer, y hasta de las...
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