Al primer vuelo:13
Al primer vueloCapítulo XIII: Las primeras semanas de José María de Pereda Capítulo XIII: Las primeras semanas Después de haberla temido tanto Nieves, le resultó hasta entretenida la tarea de pagar las visitas que debía entre las recibidas de los villavejanos en Peleches; porque, bien mirado el asunto, tenía su lado original y pintoresco; y ella, al fin y al cabo, era algo artista y muy observadora. Sorprendió a Rufita González en enaguas y en pernetas, huyendo por el pasillo al conocer la voz de los que llamaban, después que su madre les había abierto la puerta. Tuvieron que esperarla un buen rato en la sala, que era pequeñita, como toda la casa desde el portal, y vieja, por supuesto, con puertas acuarteronadas, cerraduras y pestillos enormes, y vidrios muy chiquitines, donde los había. Se llenaba la salita, que no estaba sucia propiamente, con cinco sillas y un sofá de paja; una consola con su espejillo encima, dos floreros y el retrato de Nacho, de la misma...
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